Después de cuatro años de pruebas se ha aprobado la utilización de un nuevo ingrediente en los yogures: extracto de cresta de gallo.
A partir de ahora, los yogures no solo supondrán el lamento de una madre separada de sus hijos una y otra vez si no también la muerte de un ser maravilloso, el gallo.
Los gallos son tan protectores y valientes que se enfrentan a quien amenaza la parvada de gallinas arriesgando incluso su vida. Son animales muy generosos; hasta que todas las gallinas de la parvada estén llenas él no prueba un bocado, y por supuesto son seres extremadamente sociables, la soledad les entristece muchísimo, tanto que algunos se mueren si pierden a los miembros de su familia.
La razón que parece justificar su muerte es el beneficio que supondrá para nuestra salud, dado que afirman que la cresta de gallo previene la osteoporosis. Esta afirmación no deja de ser un tanto curiosa ya que está comprobado científicamente que la osteoporosis es causada en muchos casos por los lácteos que forman parte de los yogures.
La industria hará todo aquello que considere necesario para conseguir este nuevo ingrediente modificando incluso genéticamente a estos animales para que sus crestas sean de mayor tamaño, con el daño añadido que se les generará en sus explotados cuerpos.
Esta sociedad no sólo mantiene prácticas abusivas y crueles con el resto de animales, si no que las apoya en beneficios nada claros para nuestra salud. El caso es convencer al consumidor de que tomando estos yogures con extracto de cresta de gallo va a prevenir la osteoporosis y de este modo seguir haciendo fortunas a costa del sufrimiento de millones de animales.
No seas cómplice de este sufrimiento.
Depende de ti, hazte vegano y no te dejes engañar por las industrias de explotación animal.
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