El pequeño Snow fue rescatado de la explotación de bebés de pavo para matarlos en “Acción de gracias”

Tristemente ese es el trato que le da la sociedad a los pavos y el valor que se les concede a sus vidas los determina el precio, el peso y el sabor de sus cuerpos.

Pero nosotros nadamos a contracorriente porque hemos decidido luchar contra lo que es injusto.

Porque Snow no es un trozo de carne, ni para freír, ni para asar, ni para hornear.

Es un pavo que nació para gozar de la vida, para cantar al aire libre, estirar las alas y sentir el viento en sus alas.

Snow pudo vivir feliz y libre en El Hogar, pero al final Snow estaba muy malito, muchos tratamientos, medicina tradicional, alternativa, dieta especial, arcillas, betadine, azúcar… lo hemos intentado todo, pero la infección de Snow no tenía cura.

Snow ha peleado como nadie, pero finalmente los dolores que sufriría, que no pudiese caminar, infectado, débil y sin curación, nos hizo tomar la decisión de liberarle, en el Hogar estamos para hacerles felices a ello, y no a nosotros. Snow ha sido un pavito muy querido, él ha abierto muchas mentes él ha hecho que veamos a las aves de otra manera.

En su último día en la tierra, una despedida digna de ‘Glugli’, paseando en brazos por las tierras por las que un día caminó junto a las compañeras Gemma y Anna en su adiós final. Ha sentido la brisa de su playa, ha olido la hierba y le han bañado las patitas en el agua fresca.

Snow se ha ido con suave música, rodeado de su familia y recibiendo besos y dulces caricias. Ahora Snow camina libre por el arcoíris, no siente dolor y vuela libre. Gracias Snow, por dejarnos conocerte.