El despique es una costumbre habitual en las granjas de explotación avícola (incluyendo las denominadas ‘ecológicas’), para controlar las lesiones y el canibalismo entre las aves más estresadas. Se efectúa cuando el pollito tiene entre 5 y 10 días de edad, colocándole en la máquina despicadora que acciona una cuchilla caliente y amputa el extremo del pico y cauteriza el corte. La herida sangra y a veces se producen quemaduras e infecciones, sin olvidar el dolor evidente de una mutilación.

El pico tiene funciones muy importantes. Además de ser un medio de defensa y de percepción de sensaciones, es la boca de las aves, y por lo tanto la entrada para los alimentos. Muchas mueren de inanición al quedar sus picos pegados, por el dolor de la herida o porque no pueden sujetar la comida.

Todo tipo de explotación conlleva privaciones, sufrimiento y muerte.
En nuestras manos está rechazarlo o seguir apoyándolo.

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