Adiós a mi amigo gallo

Qué fuertes nos estamos volviendo, la vida es sabia y como tenemos una labor tan importante que hacer, nos cuida, nos da valor y nos endurece. Si así no fuera, si la suerte no estuviera de nuestro lado, muchxs de nosotrxs hubiéramos caído en una depresión por tantas perdidas de seres amados.
Pero hay algo más grande que yo, que nuestro dolor. Algo que es más importante que tú y que yo.
Son todos los seres inocentes que necesitan de nuestra ayuda, y que si dejamos de trabajar por ellos, morirán.
Tanto por hacer en este mundo tan duro y cruel, que las lagrimas no son herramientas útiles y que la pena sólo adormece las ganas de luchar.
Hoy a muerto otro de nosotros, el de la cresta roja. TRUFITA
El gallito que vino siendo un bebé y que nos seguía y nos llamaba como si fuéramos su familia.
Fue abandonado en una caja y gracias al destino que lo trajo aquí.
Vivió muy feliz con el resto de aves, siempre respetuoso y bueno con todos.
No se de donde se sacan que los gallos son fieros, porque aquí, son los animales mas buenos.
Mi pequeño cojió como el resto de aves un virus mortal, que contra todo pronóstico se supone que iba a morir, pero no fue así.
Se quedó casi paralítico y con terapias naturales y unos buenos cuidados volvió a andar.
Pero llegó el invierno y todos recayeron en su enfermedad. Y esta vez, esta vez, su preciosa cresta no levantó, y el rojo precioso se tornó en morado y sus patitas, se hincharon y dejaron de funcionar.
Y ya no valieron los cuidados, los mimos y la buena alimentación.
Aguantó con dolor casi dos meses, y hoy voló.
Voló al otro lado del cielo, a las verdes praderas donde solo hay paz, amor y sol.
Te echaré de menos cada mañana, echaré de menos tu olor, echaré de menos tu mirada, tus ruiditos al beber y el saber que me reconocías cuando te abrazaba.
Tu mamá

trufi