¿Por qué? ¿Por qué?
Cada día la misma pregunta y ninguna respuesta ante tanta desgracia y dolor. Aún no sé quién es mi padre ni mi madre. No sé quiénes son mis hermanos y hermanas.
No sé qué es ese lugar oscuro y que tanto me desagrada. Tengo muchas ganas de correr, saltar, estirarme… pero solo tengo posibilidad de estar quieto.
Todos los días busco a mi familia, sé que tengo que estar con ellos y me siento perdido y sin saber qué hacer. Todos parecen estar igual que yo, asustados y desorientados.
No sé quiénes son esas figuras tan distintas a nosotros que nos hacen daño y nos traen y nos llevan sin saber dónde ni porqué. ¿Qué significa todo esto?
Tengo miedo contínuamente, me duele cada movimiento del cuerpo. Cada respiración se me hace difícil, cada pequeño paso, una tortura. Todos estamos igual de mal y de asustados. Ni siquiera hablamos entre nosotros, no sabemos lo que hacer, decir, ni sabemos para qué hacerlo.
Algunos se atacan entre ellos y aumentan nuestro dolor y nerviosismo. Cada día es un castigo que mi cuerpo recibe y mi mente no conoce otra sensación que el miedo y la angustia.
No recuerdo cómo llegué aquí, pero no sé si existirá algo fuera de esto.
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Hoy, después de un tremendo susto, nos han metido en unas cajas violentamente, y ahí estamos, apretados y muertos de calor, sed y hambre. Me duele más que nunca todo el cuerpo.
¿Esto es el principio del cambio? ¿Hay que pasar por todo esto? ¿Existe otra sensación?
Nos vuelven a mover y hacer daño. Veo que algunos de mis compañeros están inertes, como dormidos y otros que parecen heridos y no pueden levantarse.
Se quedan atrás. Tengo mucho miedo. ¿Qué ocurre?
Me junto mucho a mis compañeros, me agacho tanto como puedo puedo e intento alejarme de las altas figuras que nos lastiman. Nos conducen a golpes a un lugar cerrado y frío. No sé por qué, pero estoy más aterrado que nunca y el resto parece sentir lo mismo.
Huele a algo raro que me hace entrar en pánico, empiezo a intentar salir de allí pero ya no hay salida.
Alguien se acerca a mí y de pronto el mundo se da la vuelta. Mi pata siente un tirón y un dolor muy intenso. Parece que estoy en movimiento y el ser se aleja, pero no puedo volver al suelo. Otra figura aparece en su lugar con algo que sobresale largo y brillante. Otro dolor agudo y frío me nubla la vista mientras veo a otro como yo, que agarrado por su patita por esa misma figura, se eleva a mi altura mientras se intenta zafar.
Vuelvo a mirar hacia el frente. No puedo gritar, no puedo respirar. ¿Qué me pasa?
¿Qué nos hacéis? ¿Por qué?
Me ahogo. El suelo se mueve despacio y borroso mientras lucho por respirar. Intento gritar pero ningún sonido sale de mi boca.
Por fin, empiezo a notar cada vez menos el dolor, mis músculos comienzan a relajarse. Mis ojos se cierran despacio y la oscuridad lo envuelve todo.
Mis compañeros y sus gritos se quedan cada vez más atrás y mi mente empieza a relajarse. Sí, creo sentirme mejor, mucho mejor. ¿Empezaré ahora por fin a vivir?
Dedicado a todos los animales que sufren cada día el peor de los castigos por nuestra extrema crueldad.