El encuentro entre Lucille y Clara

Después de tanto tiempo esperando, ansiosos y nerviosos por abrir las puertas.
Son las 12:00 h, pero Clara está rumiando, y cuando las vacas rumian, el tiempo se detiene y nada es más importante que dar la vuelta a la lengua y aplastar esa rica hierba.
Después de atraer su atención con algo más suculento, y de ver todas nuestras casas sonreír con picaresca, Clara se ha percatado que se esperaba algo de ella.Donde antes estaba la puerta ahora había una estancia grande y preciosa por descubrir.
Entra despacio, como actúan de prudentes ellas, las vacas; Avanza hasta encontrar un cuerpo gigante, un cuerpo muy conocido ya, su gran amiga Lucille.

Allí la lengua de Lucille juguetea con un saco de hierba y de soslayo observa los rizos rojos que se aproximan. Clara sin vallas, sus ojos brillantes tan cerca…se huelen…
Clara acerca su lengua a la hierba.
Y las dos chocan sus hocicos suavemente como si fuera casualidad que entre tanto espacio tuvieran que comer del mismo saco.
Movimientos lentos, miradas de placer y serenidad.
Masticar juntas, comer y oler lo mismo, rozarse… sin vallas ni paredes ni obstáculos que puedan separar ya nunca más sus vidas.

Y los humanos agazapados y escondidos para observar sin interferir bajamos los latidos, y recordamos una vez más que los avisos de los veterinarios no tienen fundamento. Aquí no ha habido ni peleas, ni embestidas ni luchas a ver quién era la más fuerte.

Clara y Lucille son mucho más inteligentes y buenas de lo que los humanos esperan de ellas.
Nunca más solas, ya no vivirán con miedo, ni pena, ahora son una gran familia de 3 que compartirán sus siestas, su comida, los juegos y el agua fresca.

¿Y la pequeña Ruby?
Mañana os contamos como ha sido, ahora vamos a verlas

encuentro