Estas fiestas, celebra la vida

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Las fiestas de Navidad se acercan peligrosamente otro año más, con el derroche propio de estas fechas. Un abuso que por desgracia no se queda en el ámbito de la decisión personal ya que afecta de forma directa a miles de individuos.

Entre las costumbres gastronómicas navideñas  de nuestro país encontramos numerosas recetas  que incluyen carne de cordero como ingrediente principal con preferencia por los lechales que son aquellos que aún no han sido destetados, alimentados exclusivamente de leche materna;  bebés de cuatro a seis semanas de edad y menos de 7kg de peso que son separados de sus madres, rompiendo así un vínculo que dejará profundas secuelas en ellas, y se cobrará la vida de alguien que prácticamente acaba de nacer.

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La venta de carne de cordero aumenta entre un 20-30% en el mes de diciembre llegando el consumo a 16 millones de kilos, creándose incluso iniciativas que permiten apadrinar a un pequeño desde su concepción y conocerle antes de su traslado al matadero.  Una demostración abrumadora y espantosa de falta de empatía y voracidad desmedida.

El cochinillo es otro de los más consumidos en estas fechas, y los supermercados se llenan de crías de cerdo que han sido arrancados del calor de sus madres a los pocos meses de nacer, preferiblemente antes de que superen los 6kg de peso. En muchas localidades es habitual realizar rifas junto con el tradicional sorteo de lotería, cuyo premio estrella puede ser un cochinillo o cualquier otro animal vivo, que el premiado se encargará de sacrificar y preparar para su consumo.

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Y por supuesto, las piernas de cerdo adulto, son un producto esencial, con un protagonismo casi tan fuerte como las propias luces navideñas. Cientos de piernas seccionadas y secadas en sal lucen de forma macabra en los supermercados, en los comercios de restauración, en las cestas de regalo, en los hogares. Una extraña forma de celebrar la vida y la fraternidad.

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La carne de pavo por el momento no está especialmente integrada en la cultura culinaria navideña de nuestro país, pero su consumo aumenta de modo formidable en este mes y miles de aves, criadas y engordadas para este fin, son degolladas con menos de cuatro meses de vida.

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Y así, mientras unos celebran el supuesto nacimiento de un niño, llenan sus estómagos de bebés, crías que recién comenzaron a vivir y fueron pasadas a cuchillo, para satisfacer la demanda y la gula de los humanos.

Y mientras otros se regocijan con un hipotético espíritu de unión y solidaridad para con el prójimo, olvidan que el consumo de productos de origen animal contribuye al hambre en el mundo, ya que para “producir” sólo 1 kilo de carne bovina son necesarios 9 kilos de cereal, en su mayor parte procedentes de los países pobres. O lo que es lo mismo, más del 80% de la producción mundial de cereales se destina al alimento del ganado que será vendido y consumido en los países del primer mundo.

La exaltación de valores tan nobles y bellos como la solidaridad, la bondad y el amor únicamente pueden celebrarse en un marco de respeto absoluto hacia todos los seres vivos, lo cual sólo puede ser real y coherente, adoptando un estilo de vida vegan.

La decisión es sencilla y las opciones, ilimitadas. Aquí os dejamos algunas ideas y aquí también.

Estas fiestas, marca la diferencia, da un paso más y celebra vida.

Noemí Alba, Redactora de El Hogar Animal Sanctuary

 

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