Hace ya más de 5 años, desde que nos consolidamos como santuario multiespecie, convivimos con gallinas ponedoras que han sido rescatas de la explotación (masiva o “ecológica”) de la industria de los huevos.
A lo largo de estos años, junto a la alegría que suponía ver a nuestras compañeras gallinas disfrutar de la vida que les había sido arrebatada, nos acompañaba demasiadas veces una fuerte tristeza y frustración. Lo que ocasionaba esta tristeza es una enfermedad que les hace sufrir profundamente e incluso a veces acaba con su vida.
Por desgracia, hemos tenido que ver como gran parte de las gallinas que han vivido con nosotras nos han dejado, víctimas de la misma enfermedad. Pasaban semanas hospitalizadas, y casi ninguna regresaba viva a su Hogar.
La enfermedad es conocida como peritonitis infecciosa y es la causa más común de mortalidad en gallinas ponedoras. Consiste en la puesta de huevos fallida y la rotura de estos, que se quedan enteros o en fragmentos en el interior del cuerpo de estas pequeñas aves, generándose en ocasiones atascos de hasta cinco huevos, y su consecuente infección, en el interior de una sola gallina.
Tras una corta pero estremecedora vida de 14 meses (es decir cuando ellos son unas niñas, pues una gallina vive de 10 a 14 años según su especie en situaciones de vidas lógicas y normales) sometidas a la explotación de huevos, su organismo empieza a fallar y, por tanto, deja de seguir el brutal ritmo de puesta al que es sometido. Esta saturación del propio organismo de la gallina es la que genera las obstrucciones de huevos en el interior de su cuerpo, provocando dolorosas infecciones y desgarros internos.
Este se convierte en el momento idóneo que eligen las industrias de explotación animal para deshacerse de las gallinas ponedoras, el motivo que justifica su muerte. “Ya no dan más de sí”. “Ya no son rentables”.
Así son tratadas estas jóvenes gallinas utilizadas como máquinas para extraer beneficios económicos.
Los santuarios de animales que acogemos a estas aves cuyos cuerpos, ya ancianos, han sufrido el encerramiento de por vida, nos vemos tristemente obligadas a presenciar su sufrimiento. A pesar del calcio, las vitaminas, la fibra y los miles de inventos que hemos intentado utilizar para salvar sus vidas, hasta hoy no habíamos conseguido un resultado eficaz.
En El Hogar Provegan habíamos tratado con muchos veterinarios e intentado varios métodos como los parches anticonceptivos, en un intento de ayudar a solucionar este problema, pero hasta ahora no habíamos encontrado una solución fiable y duradera para cortar de una vez la puesta de huevos en las gallinas a fin de evitar esta terrible enfermedad.
¡Pero hoy tenemos una buena noticia! Gracias a la pequeña Loto, que ha sobrevivido a dos peritonitis infecciosas agudas, hemos encontrado la solución definitiva:
Cómo salvar a las gallinas ponedoras
Castrándolas.
Los veterinarios dedicados al cuidado de estas aves apenas han realizado estas operaciones, ya que las gallinas son concebidas como instrumentos incansables de producir huevos. Por tanto, operarlas para evitarlo ha sido y es algo impensable desde el punto de vista de las industrias de explotación.
Sin embargo, Loto es el ejemplo de que se puede acabar con el terrible sufrimiento de esta enfermedad. Ella ha sido castrada y ha vuelto animada y curada. Nosotras dormimos por fin tranquilas sabiendo que no va a sufrir más.
Loto ha regresado a su Hogar y con ella ha traído la esperanza a todas las gallinas que viven con nosotros.
Ahora las gallinas reisdentes en El Hogar Animal Sanctuary vivirán sin el dolor diario y el desgaste físico que conlleva la puesta de huevos. Ellas estarán a salvo del peligro de sufrir peritonitis y la muerte segura que tarde o temprano iban a padecer por esta causa.
Todas ellas vivirán muchos años más y con una mejor salud, aún a pesar de la selección genética fruto de la ambición humana que tanto dolor ha generado a tantas gallinas de su especie.
Escríbenos a info@elhogarprovegan.org y te informaremos de cómo puedes colaborar.