Una voluntaria de El Hogar encontró a Bubú en Badalona. Estaba en el suelo, herida, asustada, sin poder volar… le habían disparado un balín en una de sus alas. Su rescatadora humana la llevó al veterinario, la operaron para tratar de salvar su ala, pero la herida no se cerró y tuvieron que amputársela.

La vida de las palomas en las ciudades es dura, muchas veces sufren maltrato y no se las protege porque son consideradas plaga.

Bubú se recuperó, física y emocionalmente, en casa de la voluntaria donde tuvo todos los cuidados que se merece y estuvo rodeada de amor. Allí compartió juegos con otra paloma, Shanti, que también fue rescatado.

Ahora ambos viven junto a otros compañeros de su especie en El Hogar, en un maravilloso espacio, un parque para aves con necesidades especiales. Aquí disfrutan de bañarse en el agua, pasean, se expresan libremente y se sienten protegidas.

Si tú también eres una enamorada de las palomas, apadrina a Bubú.