En una zona del santuario donde hay muchas ratas, una voluntaria vio que había una ratita muy pequeña con las patas paralizadas. Cuando la vimos tan vulnerable, y sabiendo que en libertad no sobreviviría porque hay muchos depredadores, decidimos acogerla y llevarla al veterinario. En el hospital nos dijeron que es un bebé de unos dos meses y le diagnosticaron una lesión en la zona del lumbosacro de la columna vertebral. Esa lesión le impide caminar con sus patitas de atrás. Le estamos medicando para el dolor y le hacemos ejercicios de fisioterapia para intentar que mejore su lesión y, sobre todo, para que tenga una vida digna.

¡Su nombre es Corchete y ya es un habitante más de El Hogar!

Si eres una persona empática y también crees que todos los enfermos merecen el mismo respeto y los mismos cuidados, sean de la especie que sean, amadrina a Corchete, la ratita especial de las Tierras de Paz.