Fran es un gato inmunodeficiente y casi ciego que vive en el santuario tras haber sido recogido de la calle.

Llegó a El Hogar gracias a una chica que le vio viviendo en la calle, con una infección muy importante en los dos ojos, y tuvo el buen corazón de rescatarlo y contactar con nosotros pidiéndonos un hogar para él. Un gato casi ciego e inmunodeficiente tiene casi nulas posibilidades de sobrevivir a la dureza de la calle, por eso decidimos hacerle un hueco en el santuario.

Ella se hizo cargo de pagarle la operación en la que le fue extirpado uno de sus ojos, y cuando íbamos a hacer lo mismo con el otro, el veterinario nos dijo que no sería necesario extirpárselo, aunque Fran ha perdido gran parte de la visibilidad: ve como si estuviese siempre rodeado de niebla.

Fran estaba acostumbrado a la soledad y la calle, por eso, desde el principio, decidió saltar la valla y pasar el día fuera del santuario, aunque siempre cerca. Todas las noches volvía a la zona donde dormía su amigo Zorbas, para comer y dormir juntos, aunque cada mañana volvía a escapar cuando bajábamos a darles de comer. Siempre respetamos su decisión, pero le dejábamos preparada agua y comida, cada noche.

Así vivió aproximadamente un año hasta que, pensando en nuestra próxima mudanza, decidimos atraparle y trasladarle junto con su amigo Zorbas y a Calabaza a una zona más privada del santuario, una zona en la que él se sienta tranquilo y no sienta la necesidad de escapar.

En esta gran familia, cada miembro importa, y por tanto sus miedos y necesidades también.

Estábamos muy preocupados con el traslado de Fran al nuevo santuario de Tarragona, debido a su timidez. Los primeros momentos en Tarragona no fueron fáciles para él, sin embargo, siempre decimos que este lugar hace felices a los animales y Fran es un ejemplo perfecto de ello. En el nuevo santuario se muestra muchísimo más relajado y contento, el cambio en él es evidente: ahora ya no huye y se esconde al vernos, sino que disfruta dejándose acariciar.

Somos inmensamente felices al ver que hemos sido capaces de proporcionarle un hogar seguro y feliz a él, algo que todos merecemos tener.