Cuando todavía era un bebé, Fuerza Dori ya había cambiado varias veces de manos.

La persona que debía ser responsable de su alimentación y cuidado la tenía en situación de abandono, dentro de la cueva en la que vivía, sin ocuparse de los parásitos que plagaban su pequeño cuerpo, sin preocuparse de si su alimentación era la correcta… Por eso, sus vecinos de cueva, más sensibles al sufrimiento de esta pobre bebé, decidieron llevársela alguien que sí cuidase de ella como se merecía.

En su nuevo hogar, Fuerza estaba mejor atendida, una nueva cueva, lejos de la influencia de su primer responsable, ¡y con huerto! Pero, claro, como pequeña y traviesa oveja que era, ella decidía lo que se comía sin tener en cuenta a los demás habitantes humanos… por lo que fue devuelta a las manos que la rescataron para que le buscasen un mejor hogar.

Por suerte para Fuerza, sus primeros salvadores no se rindieron, y pronto supieron que su lugar era ese en el que todos los animales son tratados como son, seres únicos e irrepetibles, con derechos, intereses, sueños e ilusiones, donde sus necesidades son atendidas, y donde viven felices hasta el fin de sus días. Y así llegó esta pequeña a El Hogar Animal Sanctuary, donde tiene una familia humana que difunde su historia para sensibilizar a otros, y donde tiene una familia de ovejas, patos, cerdos, perros… que la aceptado con alegría, con los que descubrir el mundo, jugar y ser feliz.