Gary es un carnero de la raza awasi que llegó al santuario siendo apenas un bebé.
Nació en una granja especializada en la explotación de ovejas y, poco después de nacer, fue apartado de su madre para que no pudiese tomar la leche que ella producía para alimentarlo. Al ser macho, él no era rentable para la industria, pero esa leche sí. Gary hubiese acabado en el matadero (si tienen suficientes sementales, cuando nacen bebés machos se deshacen de ellos), pero fue afortunado, ya que los voluntarios de El Hogar Animal Sanctuary se cruzaron su camino y cambiaron su horrible destino.
Cuando fuimos por él estaba tirado en un rincón deshidratado y muy, muy débil. Nos costó mucho sacarlo adelante. Aunque había sido apartado de su madre, encontró un nuevo hogar donde los humanos lo alimentaron con biberón a la vez que le proporcionaban caricias y le dedicaban dulces palabras. Tal vez, pensó que esos sus primeros días de vida no habían sido más que una pesadilla.
Gary creció en libertad, descubriendo el mundo día a día, al lado de los humanos que le brindaron ayuda y también arropado por el resto de habitantes del santuario, que desde el principio lo acogieron como a un miembro más de la familia. Tiene un carácter muy afable, nunca se peleó con otro habitante, al contrario, gracias a su personalidad muchas veces fue elegido como el nexo para introducir animales nuevos.
Hace ya siete años que llegó y con el tiempo fuimos viendo que algo no iba bien. Siempre se quedaba detrás en la manada a la hora de comer porque le costaba un poco caminar y, a veces, le costaba muchísimo levantarse. Se le hicieron radiografías, ya que no era normal que le doliera y le crujiera tanto la cadera. Desde luego que tuvimos que recurrir a un especialista en caballos porque no existen traumatólogos especializados en ovejas, pero en esas primeras pruebas no supieron decirnos qué era lo que le pasaba.
Un día mientras lo esquilaban lo pusieron en una mala posición y eso empeoró su estado. Desde entonces tuvimos que separarlo de sus compañeros y llevarlo a vivir al parque de los animales vulnerables, con otros abuelitos que tampoco caminan.
No nos dimos por vencidas y seguimos buscando veterinarios que puedan repetir las pruebas y hacerle otras nuevas, para poder darnos un diagnóstico. Creemos que podría ser artrosis degenerativa porque ya le duelen otras partes del cuerpo, no solo la cadera.
Sin diagnóstico preciso solo nos queda ayudarlo a que no sienta tanto dolor. Lo intentamos con fisio, creando aparatos para facilitarle la movilidad (sillas de ruedas y sillas que lo mantienen sin tener que estar apoyado sobre las patas), infiltraciones, terapias naturales, etc.
Sabemos que no es una cura, que solo es un tratamiento paliativo, pero intentamos por todos los medios que vida una vida lo más bonita posible rodeado de abuelitos y otros animales con problemas como el suyo.
Ellos también quieren vivir, nos ayudas a darles una nueva oportunidad?
Amadrina desde 12€ / 18€ / 25€ ó 45€
Si tienes alguna duda o consulta, por favor, no dejes de escribirnos y estaremos encantadas de responderte.
Copyright 2023 | Fundación El Hogar Animal Sanctuary
Tarjetas | Stripe | Paypal | Domiciliaciones | Transferencias