Justice es un caballo que ha sido víctima del maltrato y del abandono durante años.

Nuestra historia con Justice arranca tras una llamada de auxilio por parte de los responsables del Refugio La Candela, denunciando la situación de un caballo que se encontraba en un estado de crueldad extrema. Encerrado en entre cuatro paredes de hierro sin poder moverse. Tenía sobre crecimiento en las pezuñas y estaba tuerto, probablemente por una úlcera sin tratar.

En ese momento no teníamos un parque de cuarentena ni experiencia con caballos, pero decidimos que había que sacarlo de ahí.

Por fin, en julio de 2015, el santuario estaba preparado para recibirlo. Finalmente pudimos hacer ese viaje de mil kilómetros para rescatar a Justice. Pudimos comprobar cómo mostraba mucho miedo cuando se le acercaba  la persona que lo tenía y trataba de alejarse lo más posible. Pero también pudimos sacarlo de allí.

Al llegar al santuario lo visitó un veterinario especializado y empezamos a tratar su ojo y a corregir sus pies, ya que sobre crecimiento de las pezuñas le impedía caminar con normalidad.

Al principio fue complicado tratarlo porque estaba muy asustado y parecía un potrillo desbocado cuando alguien se le acercaba, pero juntos aprendimos a tratarnos: humanos y caballos.

Aunque siempre ha sido un rebelde sin causa, Justice  siempre tuvo muy buen carácter y jamás tuvo un mal gesto con ninguno de los otros animales con los que comparte parque. De hecho cuando llegó la jabalina Kat, él asumió el papel de papá y la protegía de los demás animales cuando se le acercaban.

Ahora ya es mayor pero sigue teniendo bajo su custodia a los traviesos ponis, Paul y Morrisey, y también se hizo muy amigo del burrito Dobby, que llegó con muchos problemas de sociabilización. Justice supo calmarlo e integrarlo con los otros animales ya ahora siempre están juntos.