Cuando las ocas viven en las granjas, viven encajonadas y estresadas. Hacinadas enjaulas de frío metal, que dejan sus vulnerables cuellos a disposición del explotador.

Un miedo terrible y una desesperación inimaginable se manifiesta a través de sus ojos, llenos de dolor y de confusión. La pena y el miedo dan igual aquí, nadie ve vidas, nadie se para a pensar. Así vivía Nataly…

Conociendo la extrema sensibilidad de las ocas, podemos comprender lo que supone para millones de ocas estar encerradas, ser manipuladas, utilizadas, estar asustadas sin poder hacer nada para proteger a sus compañeras, ni para salvarse de la vida a la que las han condenado. Ellas están indefensas, pero hoy unas cuantas representantes de El Hogar Animal Sanctuary demostrarán al mundo cómo las ocas quieren disfrutar de la vida y la libertad en compañía de los suyos.

Nataly es un ejemplo de cómo disfrutan de la vida en familia las ocas, les encanta caminar juntas y explorar en equipo, cantar a la vez bajo el sol, disfrutar de la calma, la paz y la brisa sobre el agua de un estanque, sintiéndose protegidas la una por la otra, aquí duermen acurrucadas dándose mimos y mirando las estrellas. Siempre van juntas a todas partes, verlas, es ver una coreografía de patitas y piquitos cantarines. Aquí las ocas disfrutan de las pequeñas cosas de la vida, la textura de la tierra bajo sus patas, el sol en la cara, la lluvia sobre alas, el amanecer y el atardecer bajo los árboles. Aquí sus ojos brillan de alegría. Nataly es una oca muy amorosa, y siempre está con Rachel, le encanta cantar y los días de sol, no le gusta mucho la lluvia, solo de vez en cuando, cuando ya hace mucho calor.