Una voluntaria de El Hogar iba andando por la calle la noche del 21 de diciembre cuando se encontró a una paloma, a quien puso por nombre Nit. Estaba detrás de la rueda de un coche, sin moverse. La recogió justo a tiempo, antes que arrancase el coche, sino la hubieran atropellado.

Nit estaba débil y llena de parásitos, además tenía un dedo roto con una herida abierta. La llevó al veterinario donde la curaron y le vendaron el dedo. Una vez en casa, la voluntaria observó que Nit estaba rara, se tumbaba inclinada siempre hacia el mismo lado. Cuando acercaba la mano por el lado izquierdo reaccionaba, pero si se aproximaba por el otro no respondía. Así es como se dio cuenta de que no tiene visión en el ojo derecho. No sabemos si nació ciega o debido a alguna caída el golpe le afectara al nervio y por eso no puede ver.

Que no pueda ver no es impedimento para que Nit pueda volar, aunque lo haga un poco torpe a veces. Además, como a todas las palomas, le encanta bañarse. Una vez recuperada, pudo salir de “la caja de enfermitas” que le habilitó la voluntaria y, en cuanto paseó por la habitación y vio el barreño con agua que le había preparado, fue directa a darse un baño y después se tumbó junto a la ventana a tomar el sol.

Nit ahora vive junto a otras compañeras de su especie en El Hogar, donde comparte juegos, baños y vuelos en el parque para aves con necesidades especiales.

Si tú también eres una apasionada de las palomas y quieres formar parte de su familia, amadrina a Nit.