Un voluntario nos llamó de madrugada porque había visto a un bebé cordero en medio de la carretera que estuvo a punto de ser atropellado por un coche. No tenía crotal y no había nadie a quien avisar… En El Hogar, teníamos los rescates cerrados por falta de medios económicos, pero no hemos podido desviar la mirada a este caso. Con los coches pasando y esquivándolo era un peligro para todas dejarlo allí. No solo era cuestión de tiempo que acabaran con su vida de forma brutal, sino que, además, también podía peligrar la vida de los humanos accidentados.

Estaba muy delgado y llegó con mucho miedo, incluso se hacía el muerto cuando le rescatamos, y eso nos preocupó porque no sabíamos si se trataba de algún ataque epiléptico… Pero dejó de hacerlo en cuanto empezó a confiar en nosotras y ahora, cuando nos ve, nos habla y viene a buscarnos para que le hagamos caricias. ¡En Las Tierras de Paz será feliz toda su vida!

Amadrina a Nit si quieres ayudar en sus cuidados y formar parte de su familia.