Pachu llegó al santuario junto con Patty a finales de verano de 2019.

Ambas provienen Asturias, de una colonia de gatos callejeros positivos en VLFe, el virus de la leucemia felina.

Cuando Bubi murió, le prometimos a Rosita que no se quedaría sola y que le traeríamos compañeros para compartir con ellos el espacio adaptado para los gatitos leucémicos en el nuevo santuario.

Para ello, contactamos con una activista de Asturias que, de manera personal con una ONG muy pequeñita, está ocupándose de una colonia de gatitos callejeros, todos positivos.

A Pachu le pusieron ese nombre por pachucha: estaba tan malita que pensamos que no podría resistir el viaje de tantas horas hasta Tarragona. Teníamos muchas ganas de traerla al santuario, pero les pedimos que la tuvieran en una casa de acogida durante un mes, por lo menos. Un tiempo para que recuperara peso, pudieran tratarla, cuidarla, mimarla, tranquilizarla (Pachu es una gata callejera y necesita su tiempo de adaptación para cambiar de situación). Queríamos que cogiera las fuerzas suficientes para llegar a su nuevo destino y poder disfrutarlo.

Los compañeros de Asturias la cuidaron muy bien, la esterilizaron y la desparasitaron, pero Pachu seguía teniendo la lengua afuera todo el tiempo.

Normalmente, en los gatos, la lengua afuera en permanencia es un síntoma: o bien de problemas neuronales,  o de calcivirus (alguno de sus síntomas son las llagas en la boca, lengua y paladar).

Como es una gatita muy, muy miedosa, le dimos un tiempo de adaptarse al Hogar y casi al mes de su llegada, la llevamos a nuestro veterinario. Efectivamente, tenía la boca llena de llagas y unas heridas en la nariz, probablemente debidas al mismo calcivirus.

Pachu ahora tiene una nueva casa para compartir con Patty, pero también con Rosita que está muy contenta con la llegada de sus nuevas compañeras de aventuras.