Cuando decidimos ampliar la familia con uno de ellos no debemos olvidar que estamos adquiriendo un compromiso a largo plazo y que habrá que cubrir sus necesidades. Dentro de estas necesidades van a estar las de alimentarle, atenderle en el día a día y llevarle al veterinario, por lo que habrá que contar con ser capaces de asumir los gastos que ello supone, pues es muy probable que haya que operarles en alguna ocasión.
No debemos olvidar sus necesidades afectivas, que variaran con cada individuo que es único, puede que sea miedoso, que lo pase mal cuando esté solo en casa, que sea muy enérgico…
Además, todas estas necesidades cambiarán a lo largo de su vida, los cuidados de una cachorro no son los mismos que los de un animal anciano y tampoco las gastos que suponen.
Si teniendo en cuenta todo esto habéis decido ampliar la familia con un miembro no humano, hacedlo adoptando así estaréis dando una nueva oportunidad alguien que la necesita.
Aprovechad esta ocasión para dar una gran lección de responsabilidad a los más pequeños de la casa.