Los cerdos emiten más de 20 sonidos distintos para comunicarse entre ellos, en función de sus necesidades y estado de ánimo. Les gusta hozar y comer juntos y se cuidan mutuamente.
En condiciones normales mantienen unos rigurosos hábitos de higiene, definiendo un área para hacer sus necesidades bien alejada de la zona donde comen y descansan.
Se revuelcan en barro para refrescarse y proteger su delicada piel. Y porque da gustito.
Su nariz es la parte más sensible de su cuerpo, y reconocen su entorno e identifican individuos con el roce de su hocico.
Y lo más importante: no son comida
En la foto: Amadeo y Zai se dan besos de cerdo. Un año juntos.