Un minuto de mi vida

Viene el frío y con él, más que nunca, las personas que componemos EHL nos esforzamos mucho en trabajar rápido para poder rescatar a más animales de las perreras.
Allí los suelos son de cemento, no hay paredes sino rejas o vayas. El viento y la lluvia recorren las galerías sin piedad. Todo está mojado o lleno de orín y heces.
Los perros no paran de ladrar, aullar, llorar, gritar… saltan y golpean los barrotes, se deshacen en gestos para llamar la atención del visitante y posible rescatador.
Cuando los “adoptantes” se van, crece el silencio, la desesperación les hace encogerse en si mismos.
Ya nada pueden hacer, hoy tampoco se han salvado. Quizás mañana les lleven a eutanasiar. O quizás no, quizás sea otro día más de hambre y miedo, de golpes de carceleros.
De fría agua que salpica tan fría desde la manguera que arrastra los excrementos. La humedad del pelo ya cala hasta los huesos.
Dormirán otra noche más sobre el duro cemento.
Ellos saben que van a morir, pero no saben el día, así que cada hora de encierro es un infierno. No puede haber pensamiento positivo cuando has sido abandonado y ahora maltratado.
Así es la vida cuando estás en un centro de exterminio municipal, donde miles de perros y gatos son masacrados.
Quizás el consuelo de recordar a su antigua familia les haga coger el sueño. Esos humanos que los llevaron a la perrera, o quizás su despedida fue en una gasolinera.
Los animales no entienden de odio ni rencor, así que su único anhelo es verles aparecer de nuevo, y tirarse a sus brazos olvidando el daño que les han hecho.
Pero eso no ocurre jamás. La gente que no tiene corazón no tiene remordimientos y no suelen mirar atrás. Para ellos, el animal no fue un compañero sino un objeto más que tuvieron al lado al que usaron y tiraron.
Aquí puedes ver 1 minuto de la vida de un perro cualquiera, en una de tantas perreras:
https://www.youtube.com/watch?v=VBw2PMdZwho
Ahora comprenderéis lo que ha sufrido Greta, el miedo que refleja su mirada y el pánico que tiene cuando un hombre se acerca a ella.
Pero con amor y comprensión, esta joven mastina volverá a confiar en las personas, porque no todas son malas, hay mucha gente que ha colaborado haciendo una cadena para poder rescatarla:
– Los socios aportando el dinero para pagar el terreno donde se alojará hasta su recuperación.
– Sus padrinos o madrinas ayudarán con su manutención.
L@s voluntari@s la sociabilizarán, la darán de comer y la limpiarán.
– Los amigos que nos difunden contarán su caso.
– Las compañeras de adopciones se encargarán de buscarla un buen hogar.
Y cuando ella esté a salvo, la gente de El Hogar de Luci volverá a ese horrible lugar para dar otra oportunidad a otro que como Greta, estén viviendo el infierno de una perrera municipal.

Si te soliradizas con su dolor, si quieres ayudarla y ayudarnos a rescatar a mas animalitos como Greta, puedes amadrinarla o hacerte soci@ de EHL.
amigos@elhogarprovegan.org 633.266.317
Si quieres formar parte de su vida, adoptarla y darla un hogar seguro y responsable:
adopciones@elhogarprovegan.org  635120868/619932338

greta