Willow y la crisis de los humanos

Una historia bastante habitual en tiempos de crisis:
Al parecer, el banco  les desahució.
Aquella pareja lo perdió TODO.
Quizá se llevaron lo que pudieron. Cosas y enseres materiales, como su ropa, el DNI, la cafetera… Cosas practicas que les pudieran servir más adelante. Pero un gato, no es nada practico. Así que allí se quedó Wilow.
En su hogar vacío de recuerdos, de sus cosas… Aunque tuvieron la “decencia” de ponerle dos sacos de pienso abiertos, que ya estaban vacíos.
También le pusieron un cubo de fregona, que imaginamos albergó agua en algún momento.
A Wilow se le acabaron los recursos y comenzó a maullar cada vez más alto, pidiendo auxilio.
Los vecinos tenían un problema de calibre “minino”. Y no se podía echar la puerta abajo por aquello de “propiedad privada”.
Pero ocurrió un milagro:  Wilow, un pequeño rubito sin igual, fue capaz de romper una de las mosquiteras de la casa y accedió a la gran terraza del ático de su casa. La fuerza de su supervivencia pudo sobre todas las cosas y fue más rápida que la burocracia humana, que como siempre, permite sin excepción de saltar ninguna orden ni ley que un animal muera abandonado y de inanición. Nos preguntamos una vez más, qué hubiera pasado si Wilow hubiera sido más afortunado y en vez de gato, hubiera sido un niño, un anciano. Esperamos, que de haber sido así, quizá si se pudiera haber echado la puerta y cien muros de contención abajo para rescatarlo. Pero ha vuelto a quedar claro. Un gato… No es práctico. Un gato….No es nada si no es humano.
Y aunque Wilow también pasó mucho tiempo en aquel florido y bonito jardín que fue un día, ahora seco y desnutrido como él, su arrojo y sus ganas de pelear, mellaron el corazón de uno de sus vecinos, que sin dudarlo se descolgó entre las terrazas. Hizo lo que nadie se atrevió a hacer y desde aquí le queremos dar las gracias y sobre todo el pequeño Wilow
El rubito intrépido, ahora se recupera de su desnutrición y de las heridas que la han provocado la gran cantidad de pulgas y garrapatas que tenía por todo su cuerpo y que buscaban vivir a su costa y no yacer en aquel jardín sin vida.
Wilow está muy asustado. Necesita socializarse y le pone empeño, pues se revuelca y ronronea aunque a una distancia prudencial. Tiene muchas ganas de ser querido de nuevo. Se nota que es caserito y mimoso. Necesita tiempo para volver a confiar en una mano humana que no le traicione así nunca más.
Tiene 9 meses y toda una vida por delante. Tu puedes enseñarle a confiar de nuevo. Tu puedes enseñarle que nunca le traicionarás.

Por Tresa

 
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willow