A Simone de Beauvoir se lo encontraron un día de primavera.  La perrita Olaia detectó algo y fue corriendo; Simone intentó huir y desplegó las alas, pero no podía volar.  De lejos y por el tamaño, parecía un pato, pero no, era un palomo muy grande.

Simone, estaba muy mal, presentaba una gran herida abierta y sangrando entre las alas.  Lo más probable es que a Simone le hubiese atacado un predador.

Simone es el fruto de cruces y más cruces para conseguir un aspecto determinado. Él es una muestra de la utilización de los animales por simple entretenimiento.  Ha sido “fabricado” para ser una paloma mucho más grande de lo normal. Los torneos de palomos deportivos son más comunes de lo que pensamos. En estos concursos, los participantes son palomos conocidos como “buchones”, característicos por tener un buche desproporcionadamente grande, han sido manipulados genéticamente para lograr determinadas características físicas, el caso de los buchones exige una selección muy específica a la hora del cruce. Este tipo de selección antinatural se hace para favorecer rasgos estéticos a gusto del humano, que por lo general suelen ser deformidades. Esto acarrea multitud de problemas de salud, incapacidad para desenvolverse en su día a día, desarrollo de tumores, etc.

A Simone lo llamaron Angry por su mirada divertida, pero pasó a llamarse Simone porque “enfadado” no era un nombre que representara su carácter tranquilo y su increíble belleza.  Es muy bueno, y está acostumbrado a exhibirse.  Simone nunca había volado, porque las plumas de sus alas estaban cortadas, pero al acabar la muda y con plumas nuevas, podrá volar.  Cuando estás junto a él, canta y se infla de una forma muy espectacular, levantando las plumas del cuello y haciendo el baile del cortejo, en el que infla su enorme buche para impresionar aún más.

El nuevo habitante de El Hogar, la “paloma de raza” Simone, debe su nombre a Simone de Beauvoir, escritora, filóloga y activista en favor de los derechos humanos y del feminismo.