“Nosotros somos su espejo, lo que hagamos será lo que les enseñemos”. Los niños tienen una alta capacidad de aprendizaje, una gran espontaneidad y también una enorme necesidad de sentirse reconocidos y amados, así como de sentirse incluidos en un grupo.
Esto lleva a que busquen la aprobación de sus personas de referencia (padres, maestros, abuelos, amigos), a través de sus actuaciones diarias. Por esta razón, si su entorno manifiesta una actitud de respeto y cariño por otras especies, ellos tenderán a seguir ese modelo de forma natural, mientras que si perciben asco o rechazo, ese será su modelo a imitar.
“Educando en el respeto. Educando por la vida”