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Se llaman palomas de fantasía, ornamentales o de raza. No existen en la naturaleza, son cruces creados por el ser humano en su mayoría con estos fines, y con origen en otras razas de paloma que tenían diversos usos: palomas mensajeras, de campo, para captura por señuelo, por atracción sexual de palomas salvajes, para la explotación cárnica…
Actualmente, la mayoría de criadores o “aficionados” (en los documentales, sólo he podido ver a una mujer) las crían para su simple exhibición. Con el objetivo de encontrar la “paloma perfecta”, se han establecido estándares de raza y multiplicado los cruces en busca de “tipos fiables”. Es una práctica idéntica a lo que se hace con las razas de perro y sus pedigrís: usan el cruce y, llegado el caso, si consideran a los ejemplares “fuertes”, recurren a la consanguineidad para mantener y reforzar determinadas características o “tipos”.
Tipos de razas de paloma
Actualmente, hay más de 400 razas de paloma reconocidas, sólo en Europa. Son variantes a partir de una gran diversidad de características y formas: de la cabeza; de las viseras de plumas (algunas tan tupidas que tapan completamente los ojos) y de las “melenas” de los cuellos; de la gran diversidad de formas y tamaños de picos, carúnculas nasales o buches; de la longitud y forma de las patas (con plumas o no); de plumajes y coloraciones; de alturas, tamaños y pesos… Todas estas razas están subdivididas en 10 grupos:
1. Palomas buchonas.
Se caracterizan por tener una forma de buche que se asemeja a una pelota de tenis, siempre inflado que, en muchas ocasiones, dificultan la alimentación de los pichones y obliga a usar palomas amas. Como en todos los demás grupos, las razas varían en colores, tamaños y otras características, siendo ese buche su elemento común. Por ejemplo, existe el buchón español, el buchón veleño (de Vélez-Málaga, estándar que persigue que los machos se posen en cualquier palomar a realizar el cortejo con las hembras en estático, no en vuelo) o el buchón sevillano marchenero (mete la cola hacia abajo y, en vuelo, parece una esfera).
2. Palomas de forma.
Incluyen una enorme diversidad de razas, caracterizadas por las formas de la cabeza, el pico y carúnculas nasales, los plumajes o cola. La parada, o posición del cuerpo, también es muy importante, buscando posturas horizontales, inclinadas, “militares”… Existen razas de Oriente Medio, donde es costumbre adornarlas con campanillas y pequeñas joyas de oro o porcelana en el cuello y las patas. Algunas de estas razas, como las tejanas, eran de engorde (para carne) ahora reconvertidas para la exhibición.
3. Palomas carunculadas.
Obviamente, son razas de paloma que se caracterizan por unas carúnculas nasales muy desarrolladas. Estas, generalmente, siguen creciendo durante la vida del animal. Los tipos originales provienen de Oriente Medio, donde estas palomas eran utilizadas como mensajeras. Existen muy pocas razas, unas diez, y su cría es muy complicada. Por ello, hay muy pocos criadores.
4. Palomas tipo gallina.
Son muy populares. Destaca la paloma King, desarrollada a finales del XIX en Estados Unidos para la producción de carne. O la Modena, la raza de paloma más criada en el mundo. La característica principal es su parada vertical de cabeza a patas y cuerpo horizontal o, lo que es lo mismo, como la de una gallina. También destaca su tamaño: son palomas muy grandes.
5. Palomas tambores.
Se les llama así por un arrullo muy específico, que recuerda el sonido de un tambor.
6. Palomas de color.
Se encuentran principalmente en Alemania, con unas 80 razas. Son palomas de campo que tienen como característica principal sus coloraciones peculiares. Por ejemplo, la raza Bohemia puede combinar azul claro, azul plateado, negro, rojo y amarillo, en una distribución intercalada en las alas que crea dibujos muy llamativos. Con el crecimiento de la paloma, se van incorporando más colores. Las Camachuelo, o Gimpeltaube, pueden presentar hasta 50 colores distintos. En el caso de las palomas de escudo, deben tener un mínimo de 8 plumas remeras por ala y un máximo de 10.
7. Palomas acorbatadas.
Se caracterizan por un pico deforme que se prolonga con la frente, sin ángulo, muy corto e, incluso casi inexistente. Por esta característica, algunas razas no pueden criar sus propios pollos y se utilizan otras palomas como amas.
8. Palomas de estructura.
La “estructura”, la característica parada de estas palomas, es su carta de presentación. Muchas razas tienen elementos aún más característicos, como las grandes colas de pavo real, enormes viseras y cofias.
9. Palomas volteadoras.
Aunque también son de exhibición, con la parada como gran objetivo y patrones de colores, la característica del grupo es una de sus peculiares técnicas de vuelo. Se dejan caer rodando en el aire, como si las hubiera abatido un cazador. Y son capaces de hacer otros tipos de volteretas hasta que recuperan el vuelo normal. En el caso de las volteadoras de suelo, de origen estadounidense, las volteretas las hacen en tierra, puesto que pierden la capacidad de volar a los 6 meses.
10. Palomas de alto vuelo.
También es un grupo de pocas razas, unas 10. En vuelo, pueden alcanzar alturas que las reducen a un punto en el cielo.
Cómo viven las palomas de raza
Aunque la casuística es diversa, muchas de estas palomas pasan la vida encerradas en sus palomares, o la mayor parte de ésta. Cuando los criadores las muestran, las manipulan constantemente, de forma nerviosa. Las sujetan por las patas y girándolas bruscamente, poniéndoles la mano en la cabeza, moviendo los dedos ante sus ojos. Las ponen boca abajo y les estiran del pico para mostrar sus buches o sus plumajes. También utilizan un puntero de madera para, dentro de la jaula, señalar sus características. También, para preparar las exhibiciones, les manipulan picos, uñas y plumajes con instrumentos como tijeras, limas o cortauñas. Esto se hace para buscar una gran diversidad de efectos estéticos (por ejemplo, eliminar plumas de un determinado color intercaladas en el color dominante).
A las que tienen plumas en las patas, también se las pueden cortar en periodo de cría para evitar que dañen los huevos o los tiren accidentalmente de los nidos. Durante estas manipulaciones, pueden utilizar instrumentos inmovilizadores fabricados con ese uso específico. También se recurre a calcetines con la punta cortada y que les ponen como si fuera un jersey, para inmovilizar sus alas. Como toda cría, son objeto de comercio y compra-venta. Como todos los animales utilizados y explotados, y más en los que han de presentar unas características muy concretas, son víctimas de la permanente selección y descarte.
En el caso de los buchones sevillanos, los criadores alardean de la aplicación de “una selección cualitativa severa”. Así cuidan los estándares de la raza. Así se “eliminan cada año una cantidad importante de palomos”. Y, en el caso de las palomas de escudo, que deben presentar unos dibujos muy uniformes en las alas, formados por los distintos colores del plumaje, afirman que “se descarta entre el 80 y el 90%, debido a que el diseño no es lo suficientemente bueno. De 100 palomas criadas, solamente 10 son ejemplares de exposición. De los cuales, finalmente, se pueden seleccionar uno o dos como preciosos ejemplares”.
La propia utilización genera investigación y víctimas del laboratorio. En un reportaje promocional de la marca de piensos Versele-Laga, se explica la infección de 30 individuos con salmonela para probar la eficiencia de un prebiótico incorporado en esos piensos. Los animales infectados fueron divididos en dos grupos de 15, y sólo uno recibió el pienso para comparar su evolución con el grupo “de control”. Por supuesto, todos los animales fueron finalmente víctimas de este experimento.
Texto de Jesús Frare
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