La luz de Repsy se va apagando, nuestro Repsy, el Gran Jefe, el querido abuelo de El Hogar.
Hace unos meses, empezó a sufrir una alarmante pérdida de peso y debilidad extrema, por lo que se le hizo un chequeo en el que se detectaron nódulos tumorales en el bazo. Después de la extracción del órgano y una transfusión para recuperarle los niveles de hematocrito, se le sometió durante un periodo de tiempo a un tratamiento con corticoides al que Repsy respondió muy bien.
Pero el pasado septiembre nuestro grandullón tuvo una recaída, y al verle de nuevo débil y agotado, se volvió a la corticoterapia y se le realizó un TAC que reveló diversos tumores en los pulmones de Repsy.
La quimio está descartada porque además de que, con su edad y su estado de salud, difícilmente podría enfrentar un tratamiento de ese tipo, unicamente serviría como paliativo y no para curar. Así que sólo queda esperar, cuidarle y acompañarle en este último trecho del camino.
Quizás él lo sabe, o lo intuye, por eso, cuando te acercas a acariciar su cuerpo cansado y a besar su pelo, él levanta la cabeza y justo en ese instante, hay un sutil destello de agradecimiento en sus viejos ojos negros.