Tic tac es la hora de nacer:
Madre Teresa y Gertrudis nacieron en una pequeña jaulita, donde fueron separadas de su mama para vender cuanto antes en una tienda de animales.
Luego pasaron unos largos y horrorosos meses tras el cristal de una vitrina, con luz artificial y un montón de conejitos asustados y tristes, porque siendo bebés, nunca podían correr o saltar. No disponían de hierba verde para comer ni de troncos que saltar ni de arena donde escarbar… fue una niñez muy triste.
Tic tac la hora de un hogar:
Fueron comprados cual objeto sin vida por unos euros al que tuvo el capricho, que pronto el capricho fue abandonado en una mini jaulita en un rincón de la terraza. Y es que cuando no limpias una estancia que usa para vivir un animal, lógicamente huele desagradable, pero era mas fácil intentar que se ventilara con el aire que trabajar un poquito y asearlas… Pobrecitas, estas hembritas tan coquetas, que no paran de lavarse y atusarse en estado natural, como tendrían que sentirse tan llenas de suciedad.
Tic tac, tiempo de reflexionar:
– El tiempo pasa vieja Gertrudis y tu y yo sin vivir, prisioneras, sin ver el sol ni oler la hierba-.
– Yo ya perdí hace años la esperanza de vivir como me pide mi instinto. Algo malo debimos de hacer, para llevar esta miserable vida.
Cada día despertamos y nos acostamos en la misma postura, bebemos agua sucia y comemos /cuando se acuerdan de servirnos) un pienso seco que no sabe ni huele, que no alimenta y sólo nos mantiene anémicas. Me duele la boquita, mis dientes me hacen heridas, estoy delgadita por no poder comer y la persona que vive arriba, el humano, ni se da cuenta. Hace muchos días que ya ni nos mira-.
Y de tanta desazón por no ser querida, esta vieja conejita desarrolló un tumor que iba a acabar con su agónica vida.
-Mejor morir que vivir así- Se decía.
Y como la vida de un animal en un mundo manejado por humanos, solo le puede ir a peor, pocas veces a mejor. Su futuro se torció un poco más.
Acabaron las dos siendo abandonadas en una perrera municipal.
Allí vivieron sus peores días, rodeadas nuevamente por conejitos (esta vez viejitos y enfermitos) asustados y tristes.
De vez en cuando alguno era adoptado, pero otros sacrificados. Jamás podían saber si cuando los operarios te cogían, era para mal o para bien.
Esto si es una agonía.
Tic tac, por fin sonó la alarma.
¡¡Es hora de vivir la vida!!
EL Hogar de Luci ha sabido de ti, vieja y dolorida conejita. Y se ha compadecido de ti Madre Teresa, y no quiso dejarte solita.
Y hoy las dos vivís aquí, en el Santuario-escuela. En un parque con hierba, con troncos, con casitas. Y camas y túneles y sobre todo mucha comidita natural que poder roer y gozar.
La abuelita ha sido operada y ya por fin cerraron sus cicatrices, de piel y de alma, que estas heridas son las que más duelen y más tardan en curar.
Podréis verlas corriendo libres y felices cuando nos vengáis a visitar. Dirección de su morada: EL Parque de los inmunes
- Si quieres formar parte de sus vidas, adoptarlas y darlas un hogar seguro y responsable:
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- Si te solidarizas con su dolor, si quieres ayudarla y ayudarnos a rescatar a mas animalitos como las conejitas, puedes amadrinarlas o hacerte soci@ de EHL.
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