Recién llegadas y ya viven integradas con el resto de cerditos y ovejitas que viven en el Santuario-escuela de EHL.
Hoy hemos vareado una encina para que las niñas tuvieran bellotitas para merendar. Es un lujo poder estar presente ante tanta emoción y felicidad de poder correr y degustar de una forma natural lo que la naturaleza las da, y no encerradas en fabricas de explotación y comiendo piensos repletos de antibióticos y hormonas.
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