El arrullo es el canto suave, grave y monótono que usan las tórtolas y las palomas durante el cortejo, aunque también se puede definir como cualquier sonido que se repite, nos relaja y nos adormece.
Qué tristes serían las ciudades sin los arrullos de las palomas, sin sus bailes de enamoradas en los parques y sin sus vuelos sobre los tejados.
Ellas no son una amenaza, ni una plaga, son individuos sensibles y delicados que disfrutan, aman, juegan, lloran o sufren de un modo muy similar al resto de los animales.
Aprendamos convivir y compartir espacio de un modo pacífico y respetuoso.