Feli fue encontrado abandonado, entre unas ortigas, al lado de su hermano muerto. Las primeras semanas en el santuario fueron complicadas porque no había tomado calostro, la primera leche de la madre que contiene unos nutrientes esenciales para los bebés, y sufrió septicemia. Una vez superado ese episodio, Feli es una oveja muy feliz junto al resto de ovejas del santuario, donde crece rodeado de amor y tiene todos los cuidados que necesita.

El nombre de este corderito se lo hemos puesto en honor a una persona que ama a los animales y es muy especial para nosotras.

¡Amadrina a Feli y formarás parte de su vida!