River llegó al santuario el 16 de diciembre de 2018.
Era domingo al mediodía y unos ciclistas avisaron que había un cerdo tendido al lado del río y que no podía levantarse. Creían que se había caído por un terraplén de bastante pendiente hasta quedar ahí tirado. En cuanto nos avisaron salimos del Hogar, con los medios que teníamos a mano.
Al llegar nos encontramos con un cerdo joven, pero no fuimos capaces de decir a ciencia cierta qué edad tenía. Creímos que oscilaba entre los nueve meses y el año y medio. Sabíamos que la diferencia era mucha, pero si bien, es demasiado grande de tamaño como para tener solo nueve meses, está sin esterilizar. Y una práctica bastante corriente de la industria cárnica porcina es que, a los cerdos jóvenes con un tamaño considerable, no se los esteriliza porque la carne aún no sabe mucho a hormonas. River era un macho joven que muy probablemente estaba destinado a morir en el matadero.
No sabíamos cuánto tiempo llevaba allí, pero seguramente no demasiado, ya que hacía un frío tremendo y, probablemente, no hubiera sobrevivido a la helada de la noche. River tenía varias heridas en el lado sobre el cual estaba apoyado y no podía caminar. Desconocíamos el motivo, pensamos que quizás por un golpe en la espalda. Solo podíamos asegurar que no tenía la espalda rota, que tenía sensibilidad y podía mover las patitas de atrás y la cola.
Otra cosa que nos llamó poderosamente la atención, pero que no descubrimos pasada la primera noche en el santuario, es que River no tenía dientes. Eso es otro síntoma de maltrato, de haber vivido una vida poco digna. Nos pusimos a investigar las causas, ya que una de ellas podría ser falta de vitaminas.
River se llama así no solo porque lo encontramos al lado de un río. Lo llamamos así porque quisimos homenajear a River Phoenix, un actor americano que también fue un gran activista por los derechos de los animales. A pesar de haber muerto muy joven, siempre se preocupó por difundir nuestro mensaje, por divulgar el veganismo y explicar sus razones en cada oportunidad que se le presentó.
Las voluntarias de El Hogar siempre creímos en River y sus posibilidades para que consiguiera andar. Así que el tiempo, la investigación, la dedicación y el empeño en trabajar con él para fortalecer su musculatura y arriesgarnos a operarlo cuando se decía que podría ser en vano, una vez más nos dieron la razón: ¡River empezó a andar!
¡Hoy es un cerdo inteligente, cariñoso y feliz campando a sus anchas por Las Tierras de Paz!
¡Amadrina a River y vive cada paso de su recuperación!
Ellos también quieren vivir, nos ayudas a darles una nueva oportunidad?
Amadrina desde 12€ / 18€ / 25€ ó 45€
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