La enfermedad del huevo

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Desde que el santuario El Hogar Animal Sanctuary comenzara, hace ya casi 7 años, los primeros habitantes después de los perros y gatos fueron las gallinas. Desde entonces nos hemos enamorado con cada una de éstas aves, y hemos sufrido con cada una de ellas  la enfermedad más dolorosa e implacable que pueden sufrir: la enfermedad de las gallinas ponedoras, la enfermedad del huevo.

Últimamente y pese a tener una gran veterinaria viviendo con nosotros y cuidándolas constantemente, habiendo descubierto la posibilidad de castrarlas y acabar así con uno de sus mayores problemas físicos que es la producción y puesta sobrenatural de huevos, se han muerto gallinas a quienes queríamos muchísimo, gallinas que vivían con nosotros desde hace muchos años y eran una parte muy importante de nuestro Hogar. Y que además de forma individual, como seres únicos, ocupaban un lugar especial en  nuestro corazón. De nada ha servido la hospitalización (en algunos casos durante más de un mes, con tratamientos paliativos, pruebas y análisis de diagnótico, etc). Hemos alargado su vida, han estado muy mimadas y cuidadas durante su enfermedad, pero al final han fallecido.

Queremos compartir con vosotros el dolor de la pérdida que sentimos en estos momentos, que Violeta, Parri,  Joja, Lima, Mireia y Judit  ya no están y han dejado tras de si la tristeza y el vacío de no poder abrazarlas de nuevo, y la desesperanza de continuar sin poder solucionar en ellas y en todas las demás compañeras, ese riesgo de muerte absurda, resultado de una genética manipulada y defectuosa que las convierte en máquinas de poner de huevos, dejándose la salud y la vida en ello.

Estrella,fallecida recientemente por retención de huevos
Estrella,fallecida recientemente por retención de huevos

 

La enfermedad de las gallinas

La selección genética de gallinas ponedoras se basa en dos ejes fundamentales, por un lado la mejora en la producción de huevos (de mayor tamaño, con la mejor cáscara y durante el mayor tiempo posible), y por otro lado, el menor consumo de alimento para mantener esa puesta. Es decir, con la menor cantidad y calidad de alimento las gallinas deben producir el mayor número de huevos de gran calidad durante el mayor tiempo posible.

¿Que supone esto para ellas? Las gallinas ponedoras sufren durante un año y medio el hacinamiento, la malnutrición y la sobreproducción de huevos. Su aparato reproductor ha sido seleccionado para trabajar por encima de sus posibilidades fisiológicas y sus ovarios sobreproducen folículos que posteriormente serán las yemas del huevo; su útero trabaja a marchas forzadas generando el resto de huevo y la cáscara y transportando huevo tras huevo. Así, su metabolismo apenas alcanza para concentrar la proteína y el calcio que exige cada huevo. Por otra parte, la expulsión es un proceso doloroso y complicado que muchas veces desencadena en atascos o ruptura del huevo y otras veces es el útero el que no aguanta más presión y se rompe.

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Parri, dos huevos enteros sin calcificar retenidos en útero, todo el oviducto con tejido tumoral y necrosis, y cuatro tumores adheridos al aparato digestivo e hígado

 

Joja, tumor que había metastatizado a sacos aéreos y pulmon, se le había roto el útero y había un huevo roto en su abdomen.
Joja, tumor que había metastatizado a sacos aéreos y pulmon, se le había roto el útero y había un huevo roto en su abdomen.

Es frecuente ver gallinas que después de una vida de explotación, presentan fracturas por déficit de calcio, prolapsos cloacales o desnutrición. Cuando son rescatadas en esta situación conseguimos recuperar su estado nutricional, sus carencias de vitaminas y minerales, su plumaje e incluso podemos realizar cirugías para resolver las fracturas o los prolapsos, pero a corto plazo (2-3 años) sabemos que comienzan a morir, una tras otra. La puesta de huevos no para fuera de las granjas, y cada día sus cuerpos son forzados a producir más y más huevos. 

En El Hogar Animal Sanctuary hace hace más de un año tomamos la decisión de castrarlas, en la medida que la economía nos lo permite, y acudimos a operarlas para salvar así, por segunda vez, sus vidas.

La castración es una cirugía que no se hace de forma rutinaria, pocos somos los veterinarios con experiencia para realizarla y menos lo que se conoce sobre lo que ocurre después con ellas. Cuando hacemos castraciones de urgencia a veces nos encontramos con tumores, metástasis, o simplemente problemas reproductores. En los dos primeros casos sabemos que hemos llegado tarde y casi nunca superan la anestesia. Cuando el problema es únicamente reproductivo pasamos los primeros días de la recuperación proporcionando todo el soporte que necesitan y la recuperación suele ser inmediata. Sin embargo, los daños colaterales de esa manipulación genética siguen apareciendo de forma cruel en los meses sucesivos.

Con el paso del tiempo las alteraciones metabólicas, físicas y hormonales dan lugar a diversas patologías que apenas han sido estudiadas, como terribles tumores que provocan fuertes dolores y muertes prematuras, retención de yemas, foliculitis, ruptura de útero o celomitis.

Según el estudio realizado en EEUU sobre gallinas ponedoras de 2274 gallinas ponedoras, un 70,1% mueren entre los 2 y 4 años. De ese 70,1% un 51,3% mueren por adenocarcinoma, y un 40,8% de las que sobreviven esos 4 años ya han desarrollado adenocarcinoma. Y lo más común es que hubiera lesión tanto en ovario como en oviducto. La ascitis (líquido libre en abdomen) ocurre en estadíos avanzados de este tipo de tumor lo que favorece la expansión del mismo metastatizando sobretodo a hígado, duodeno o pancreas. Metástasis en pulmones o hígado ocurre en un 20% de las gallinas afectadas. La endocarditis (inflamación del tejido interno del corazón) fue otro hallazgo en las necropsias de gallinas con adenocarcinoma.”  Fuente aquí

 

Sabemos que si existe una solución a todo este sufrimiento pasa por la castración en edades tempranas, deteniendo la producción de huevos lo antes posible, para que sus cuerpos se debiliten lo mínimo. Como explicábamos al comienzo del artículo, las gallinas que provienen de granjas, jamás fueron bien alimentadas, ni respiraron aire limpio, ni pudieron desarrollarse física o psiquicamente, y toda esta vida de escaseces y penurias genera animales enfermos, cuerpos desgastados, ancianas prematuras; sus cuerpos son ligeros y frágiles y cualquier problema de salud hará que dejen de comer o de asimilar los nutrientes con el riesgo que entraña en ellas.  Por ejemplo, si su problema es reproductivo y tenemos que someterlas a una cirugía puede que esa pérdida de peso sea decisiva para superar la operación.

Lima, tumor en aparato digestivo unos 3cm, y tumor en ovario y oviducto, con foliculos libres en el abdomen (yemas)
Lima, tumor en aparato digestivo unos 3cm, y tumor en ovario y oviducto, con foliculos libres en el abdomen (yemas)

 

En el Santuario El Hogar Animal Sanctuary hacemos todo lo posible para que estén fuertes, son alimentadas varias veces al día, con alimentos de calidad, tanto piensos compuestos como comida casera, además se realiza un aporte extra de calcio y vitaminas si vemos que alguna adelgaza, tiene problemas para comer, presenta diarrea o tiene el “abdomen” hinchado. Rápidamente le pasamos a observación o a enfermería, dependiendo del caso, ahí estudiamos el caso detenidamente y si es necesario comenzamos a estabilizarles, alimentarles con papillas concentradas, sondarles si hace falta, y realizamos las pruebas pertinentes para identificar el problema. A veces, llegamos a tiempo, otras veces, lamentablemente no.

Esta es la realidad, aún desconocida, incluso para nosotros, de las gallinas que llaman “ponedoras”. Poco se sabe de ellas a partir del año y medio que es cuando son enviadas al matadero y todas las enfermedades que desarrollan a partir de esa edad a consecuencia de la selección genética y que acaban con su vida entre los 4 y los 6 años,  son algo que aún está por estudiar. No debemos olvidar que la esperanza de vida de una gallina sana debería rondar los 12 -15 años, por eso, cada día trabajamos para aprender más y más sobre ellas, y nos esforzamos para que vivan lo mejor posible.

Y esperamos en un futuro poder decir que hemos conseguido salvar a todas las gallinas rescatadas que aquí viven, salvarlas de su propia genética, de la enfermedad provocada por el ser humano, la enfermedad mortal  “del huevo”, y que por fin tengan un lugar donde ser libres, donde simplemente y de verdad puedan ser gallinas felices.

María González Sola

Veterinaria de El Hogar Animal Sanctuary, animal Sanctuary

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