Mitificar la carne blanca es otra de las grandes obsesiones de la industria a tenor de la invasión publicitaria que genera y con la que nos intentan convencer de lo beneficiosa que es para nuestra salud por sus bajos niveles calóricos, y su casi nula afectación a diferentes enfermedades de las que sí es aliada la carne denominada roja, procedente ésta básicamente de animales mamíferos. Pero, como todo tipo de opresión sistemática, esconde una realidad que se oculta para eliminar cualquier atisbo de culpabilidad por parte de los consumidores y no poner en peligro la gran cadena de infinitos beneficios económicos.
Explotación a gran escala
Las aves terrestres -sin tener en cuenta a las acuáticas- son, en número, las más afectadas por la mano humana. El pavo es un animal dócil, muy domesticable y reproductor, lo que permite fácilmente su explotación para consumo. En España, la mayoría de granjas están ubicadas en Castilla y León. Según Avicultura, una sola marca «produjo» -tecnicismo en el que cosifica al animal y le arrebata su condición de individuo- más de 14 millones de pavos para la Navidad de 2016. Exportó más de 30 millones a otros países, y ese año se ingirieron de media más de 3kg de carne de pavo por persona en nuestro país. Son solo datos orientativos para hacernos una idea de lo que hacemos con los animales para nuestro beneficio. En 15 años han pasado de vender apenas 6.000 toneladas de carne anuales a más de 150.000.
Foto: www.avicultura.com
Hablamos de una sola empresa, en un solo estado, una única Navidad y un único animal, pero que suponen millones de muertes. Si ponemos el ejemplo de Estados Unidos, su Acción de gracias es una tradición original del S.XVII que celebra un año de buena cosecha. ¿Pero a cambio de qué? Solo en Norteamérica, para ese único día, la fiesta supone matar casi 50 millones de animales.
Los pavos son unas aves que podrían vivir unos 10 años. En sistemas de explotación «ecológica» -en teoría viven más y en mejores condiciones- los machos son enviados al matadero con 5 meses, alcanzando los 17 kg de peso. Aunque lo habitual es concluir su ciclo de engorde a los 120 días pesando unos 13 kilos. A las hembras las matan antes, a los 3 meses y con 7 kg. La etiqueta «ecológica» es una distinción que no les salva de la muerte, todos –ecológicos o no- acaban en el mismo sitio, su final es idéntico. Muertos degollados.
O casi todos. Existen casos en los que, por carencias, deficiencias o malformaciones físicas, son abandonados o tirados directamente al contenedor de la basura. El motivo es muy sencillo: su tratamiento encarece el mantenimiento, por lo que el animal «defectuoso» o enfermo es más rentable muerto que vivo. La explotación animal, en su conjunto, no tiene escrúpulos. La mercancía debe ser amortizable sí o sí, y no hay cabida para sentimentalismos.
Por mucho que se insista en que aman a los animales, nadie lleva a que asesinen a quien se ama.
Una vida obligadamente sesgada
Un pavo en libertad tendría la capacidad de poder correr a una velocidad de hasta 20 km/h y dar vuelos a pequeña escala de unos 50 metros. Sin embargo, en el mejor de los casos, en las granjas solo disponen de 10 m² para moverse. Sus instintos naturales son neutralizados, pues ellos vivirían en pequeños grupos en el bosque, y no dentro de una nave. Su espeluznante viaje al matadero es en cajas de plástico, hacinados en un camión donde puede haber 2000 individuos aterrados, con el mismo destino de una muerte nunca deseada.
Su final suele ser por electrificación como forma de aturdimiento, antes de ser degollados. Esta es una técnica estándar, y legal, pues forma parte de la normativa de bienestar animal. Generalmente las prisas mandan pues la ganancia llega con más «piezas» en el menor tiempo posible, y ante la falta -o ausencia- de vigilancia veterinaria, en la mayoría de los casos los cuerpos siguen vivos, y por lo tanto los animales están aún conscientes en el momento del corte en el cuello. Así que normalmente el desangrado es largo y, por consiguiente, la muerte es agónica.
No se les permite ni el 5% de su esperanza de vida y, a cambio, el valor de ella es de 8 euros el kilo de carne. ¿Es justo que les obliguemos a esto? ¿Merecen los animales esta esclavitud? ¿Aceptaríamos nosotras esta opresión? ¿Si fuéramos ellos querríamos mejorar nuestras condiciones de explotación y muerte, o suplicaríamos por nuestra libertad?
Alternativas vegetales a los nutrientes de la carne de pavo
Confiamos en la empatía y sensibilidad que poco a poco va aumentando en el mundo y llegados a este punto del artículo seguro que la pregunta es qué alimentos podríamos consumir que sustituyan las propiedades nutricionales de la carne de pavo, y evitar así la masacre de seres inocentes como ellos.
En primer lugar es importante indicar que como cualquier carne la de pavo también tiene desventajas para la salud, aunque no se suelan decir y saber. Por un lado, es alta en sodio; además, es un producto procesado y por lo tanto contiene aditivos, la piel es también un inconveniente por contener grandes niveles de grasas, y, por último, el triptófano puede provocar sensación de cansancio si se consume en exceso.
Hoy en día existen todo tipo de alimentos vegetales, alternativa ética a cualquier nutriente procedente de los animales. Incluso la B12, de origen bacteriana, es fácilmente accesible al estar añadida en la mayoría de productos aptos para veganos.
Disponemos de las proteínas en las legumbres: principalmente en la quinoa, el trigo, el tofu, el amaranto y la espirulina. Por lo tanto, la mayor de las preocupaciones, sobre todo para los deportistas, puede ya borrarse.
El calcio lo encontramos en la soja, el brócoli o las espinacas. Las vitaminas de tipo B, además de en las legumbres (fabuloso alimento) están en los frutos secos. La vitamina A en la pimienta roja, verdura de hojas verdes o patata dulce.
El magnesio se puede obtener del pan integral. Buenas y fáciles fuentes de este mineral son las semillas de lino, pipas de girasol, espinacas, almendras, chocolate negro, judías, garbanzos, lentejas, nueces, pistachos, quinoa, plátano, o la avena.
El zinc lo tienen las legumbres, los frutos secos o las semillas. Una dieta equilibrada con cereales integrales, legumbres, verduras, frutos secos y semillas nos proporciona tranquilamente el hierro diario que necesitamos.
Sabido es que potasio hay en los plátanos, pero más contiene la soja, la batata, el aguacate, la sandía o el cardo, además de los pistachos y las espinacas.
Fósforo no nos faltará si consumimos frutas y frutos secos, además de legumbres y chocolate. Otro mineral importante es el selenio, que se puede adquirir en hortalizas, granos, cereales integrales, nueces, castañas, ajo, champiñones o pasta. Vegetales como los espárragos verdes, el brócoli, las acelgas o la lechuga, son ricos en ácido fólico. Y la vitamina K está en coles, nabos, hojas de mostaza, perejil, brócoli, coliflor o repollo.
¿Aún crees que la carne de pavo es nutricionalmente insustituible?
Pavos en El Hogar
En el santuario vive Julia, una pava que fue rescatada antes de convertirse en cena de las navidades de 2013. Vino con su padre Moby y es tremendamente sociable. Se la ve continuamente acercándose a los humanos para reclamar caricias, algo que sorprende a quien no conoce a las aves, pues son seres también muy cariñosos. Pero es cierto que hay niveles y niveles, y Julia no deja indiferente a nadie. Tiene su casa justo delante de la playa para los animales grandes, en donde suele tener la visita sin avisar de Guillem u otras cabras, quienes se suben para controlar el terreno desde arriba.
En 2017 falleció Snow, un pavo que se salvó in extremis de Acción de Gracias en 2015. Siempre fue dependiente pues no podía andar, y aunque se intentaron todo tipo de terapias y tratamientos su vida fue una lucha de 2 años contra el dolor crónico en sus excesivas piernas que no soportaban el peso de su cuerpo. La industria siempre busca la manera de sacar el máximo provecho posible y eso significa engordarlos hasta 3 veces más de lo que su físico lo haría de manera natural. ¿Te imaginas pesar 250 kilos?
Mientras nos pedía vivir luchamos con él, pero llegó el momento en el que el pequeño «Glugli» –como lo llamábamos cariñosamente por la onomatopeya al hablar- cedió en la batalla y decidimos dejarlo ir para que descansara definitivamente. Fue muy mimado y querido por todas.
Montse y Patri, dos pavitos recién rescatados
Durante el reciente incendio ocurrido en la provincia de Tarragona, del que hablamos en nuestro anterior artículo, salimos a peinar las zonas afectadas para ofrecer nuestra ayuda allá donde la pudieran necesitar los animales perjudicados. Del horror solo se puede encontrar miedo. Miedo al fuego, miedo al humo, miedo a la mano del hombre, miedo a que se apague la luz definitivamente. El pánico es capaz de asaltarte en cualquier momento y en cualquier lugar. Nuestra desolación, por la impotencia de no poder ayudar a salvar tantas vidas condenadas, se convirtió en sobresalto al comprobar en unos contenedores dos seres inmóviles, casi invisibles, envueltos en terror con forma de bolsa de plástico. No tenían opciones a no ser que alguien les tendiera una mano bondadosa, una mano que nunca antes habían podido conocer. La mano que nunca golpea, la mano que siempre acaricia. La mano de El Hogar.
Montse tiene cataratas, es apenas un bebé y no puede ver. Tiene en las alas una deformación llamada «ala de ángel» debido a la mala alimentación. Descubrimos que no puede ver después de estar todo un día sin querer comer, teniendo la comida delante. Su miedo a los humanos, por la experiencia tan traumática que debieron vivir en la granja de donde escaparon (o sacaron para dejarlas abandonadas) les impedía moverse y explorar su nuevo entorno. Así que tuvimos que estar toda una tarde observándolos y estudiándolos, para poder adivinar el porqué de su comportamiento.
El problema de visión es operable, pero nadie sabe cómo hacerlo porque nadie, hasta ahora, ha operado a un pavo de cataratas. En El Hogar comenzamos una nueva búsqueda de atrevidos y compasivos veterinarios que quieran intentar ayudar a Montse a dejar de intuir lo que la rodea. Después de conseguir operar, por primera vez en España, a un cerdo de artroplastia ahora debemos conseguir que alguien intervenga a Montse para que pueda ver el mundo que la rodea.
Y mientras, Patricia será su lazarillo, su guía, sus ojos. Parece que no se quiso separar de Montse y posiblemente, consciente de su dependencia, apareció sobre ella para protegerla en esa caja grande de los descartes llamado contenedor. Allí donde los granjeros lanzan lo que ya no les sirve, cuerpos inocentes de seres que son víctimas del uso por el brazo aniquilador humano.
Patri ha ido ganando confianza conforme van pasando los días, y ahora es un pavo curioso e inquieto, un explorador nato, todo lo quiere descubrir. Su desparpajo, roza la osadía y, a veces, Montse le avisa de que ya no lo siente cerca y le reclama la compañía protectora que necesita.
Los dos ahora viven en el santuario, les cambiamos el infierno por el paraíso, porque creemos firmemente que la compasión debe imponerse al odio, y que los animales merecen que les hagamos la vida más fácil, porque el mundo es mucho más bonito si los ayudamos.
¿Te unes a nosotras para ayudarlos? Ahora ya sabes que dejar de consumir carne no significa perjudicar tu salud, pues tienes infinidad de variantes vegetales para suplir sus nutrientes.
Y si te gusta nuestra labor, y quieres formar parte de ella, puedes -por ejemplo- amadrinar a Montse, o a Patri, o a Julia, y contribuir a su alimentación y cuidados. Además, una vez al mes tendrás la oportunidad de venir a visitarlos.
¡Sé El Hogar!
Fuentes: www.avicultura.com www.abc.com www.traxco.es www.acabemosconelespecismo.com www.ejerciciosencasa.as.com www.cuerpomente.com www.sabervivirtv.com www.webconsultas.com www.fullspain.com www.veganoutreach.org www.webconsultas.com www.bebesymas.com www.medlineplus.gov