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El maltrato animal es, desgraciadamente, una constante en la sociedad y en el mundo. Y tiene tantas caras y formas de existir que a muchas personas aún les cuesta catalogarlo. Para saber si una situación es maltrato o no, simplemente sustituye en tu mente a la víctima por un humano sufriendo la misma experiencia. ¿Lo considerarías aceptable? Es importante que asumamos que la responsabilidad de protegerlos y defenderlos frente a la injusticia está en nosotros.
Se establece que todos los animales poseen derechos, y el menosprecio o el desconocimiento de los mismos, da lugar a la comisión de delitos o crímenes contra la naturaleza y los animales. Con la intención de preservar el bienestar animal, se publica en 1978 la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, aprobada por la ONU y la UNESCO que puedes leer AQUÍ. Y aquí puedes leer una propuesta modificada desde una perspectiva antiespecista.
Testigos que callan
Realmente, no tiene vinculaciones legales y se queda en una mera declaración de intenciones. La realidad es que cada país, nación o región establece sus propias leyes correspondientes a la protección de los animales. Casi todos tenemos claro que son insuficientes y que el código penal debe ser más duro con los casos de maltrato. Pero el principal problema es que mucha gente no denuncia a pesar de ser testigos de situaciones claramente tipificadas como maltrato.
En 2016 el SEPRONA lanzó una campaña con el hashtag Yosipuedocontarlo, para animar a la ciudadanía a denunciar situaciones de maltrato animal, abuso, negligencias o abandono. Cada año se abandonan alrededor de 37.000 perros y gatos en España y es una cifra demasiado elevada como para que se pueda hacer en total secretismo, como un crimen perfecto, sin pistas, ni testigos, ni sospechas. La colaboración de todos es imprescindible ya que solamente denunciando, podemos llegar a crear una sociedad que muestre tolerancia cero hacia el maltrato animal.
Miedo y dudas
A nivel estatal contamos con el Artículo 337, que presenta un montón de vacíos legales y es, a todas luces, más que insuficiente. Pero debemos hacer valer la ley para lograr que algún día se endurezca. Despotricando en redes sociales, difundiendo fotos o acosando a los maltratadores, no vamos a conseguir nada de valor para los animales. Tampoco sirve de mucho no denunciar porque “total, no van a hacer nada”. Si todos nosotros denunciamos cada vez que presenciamos agresiones o maltrato, dejaría de considerarse como un comportamiento indeseable, para percibirse como lo que es: un delito. De esta forma estaríamos haciendo uso de las leyes de protección animal y podríamos exigir una revisión de las mismas. Dejarlo pasar, es permitir que caiga en el olvido, como si jamás hubiese ocurrido.
Algunas personas tienen miedo, especialmente en pueblos donde todos los habitantes se conocen. Temen las represalias del maltratador. De algún modo intuyen que se trata de una persona agresiva cuya violencia no se detiene en los animales de otra especie. Y suele ser así. Es importante denunciar también por ese motivo, ya que estaremos dejando constancia en las autoridades de que nos encontramos ante un vecino de conducta peligrosa.
Al igual que clamamos respeto y justicia en concentraciones y manifestaciones animalistas, debemos hacernos oír a nivel particular ante las administraciones. Por favor, si conoces algún caso de maltrato animal, denúncialo, si ningún tipo de condescendencia. Si un animal está recibiendo un trato que te resultaría inadmisible hacia un humano, es agresión. En este link tienes todas las indicaciones paso a paso para llevar a cabo la denuncia.
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